Hola, soy Mel, coach de transformación, autora, creadora. Escribo sobre autoconocimiento, co-creación y creatividad. Creo que podemos encarnar la versión más auténtica y próspera de nosotros mismos, una versión que se alinea con los ciclos de la vida, donde la abundancia material fluye de manera natural y sin necesidad de forzarnos ni sacrificar nuestra paz. Mi enfoque es ayudarte a expandir tu conciencia y vivir con mayor conexión, sabiendo que el cambio real siempre comienza desde adentro hacia afuera.
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Qué bellas son las mañanas,
cuando el sol calienta sin sofocar,
cuando el viento canta desde lo sutil
y las flores se abren con suavidad.
Todo florece sin esfuerzo,
todo vibra, todo invita,
y me es tan fácil —casi un reflejo—
llamar hermosa a la vida.
Qué sencillo es amar-se en primavera,
cuando la belleza salta a la vista,
cuando todo afuera espera
ser nombrado con palabras optimistas.
Pero en medio del gozo y la luz encendida,
una voz, tenue, me viene a buscar:
es el invierno —la otra cara de la vida—
que me pregunta si aún lo sabré abrazar.
¿Por qué cambio mi forma de hablar
cuando el paisaje deja de brillar?
¿Por qué amo más cuando hay color
y me cuesta tanto en el gris encontrar calor?
Así, mientras celebro la estación dorada,
le escribo una carta a la bruma invernal:
no te he olvidado, invierno sereno,
fuiste tú quien me enseñó a amarme sin freno.
Tú, que llegas sin disfraz,
me mostraste quién soy cuando todo se va.
Me enseñaste que el amor más real
no florece solo en lo superficial.
Porque no es difícil amar lo que brilla,
ni quedarse donde todo es de colores,
pero el amor que no huye del frío,
ese… ese es el que guía mi camino.
Cuando caen mis hojas,
cuando calla mi voz,
cuando no hay perfume ni brotes en flor,
¿seré capaz de quedarme conmigo,
de mirarme con ternura, sin abrigo?
Hoy te respondo, invierno querido,
sí, me quedo, aunque no haya sonido.
Sí, me abrazo, incluso en lo quieto,
porque el amor verdadero no busca pretextos.
Fuiste tú, con tus noches sin fin,
quien sembró en mí la raíz.
Gracias a tu lección desnuda,
hoy sé amar… incluso en la duda.
Me encantaría saber cómo es tu relación con la primavera… y con todas las estaciones de tu alma. ¿Sientes que solo puedes amarte cuando floreces —cuando haces, produces, logras—? ¿O has empezado a descubrir ese amor incondicional que solo se revela en los inviernos más profundos?
Te leo con el corazón abierto en los comentarios.
Hasta la próxima,
Mel ✨
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Precioso! 😊
Que hermoso, y es solo aceptando nuestro invierno, solo dejándonos morir, cuando nos podemos permitir florecer, renacer.... gracias por esto